Antes que nada, ¿qué llamamos pañales tóxicos?
Son aquellos que contienen sustancias químicas potencialmente peligrosas para los bebés. Pueden encontrarse en las materias primas, añadirse voluntariamente como las fragancias, o aparecer en el proceso de fabricación: ya sea durante el blanqueamiento, calentamiento a altas temperaturas, etc..
La toxicidad se produce cuando su presencia supera el umbral sanitario adecuado.
Estas son algunas de las sustancias nocivas que se han detectado y, por supuesto, se deben evitar:
- Parabenos
- Cloro
- Hexaclorobenceno (HCB)
- Pesticidas (glifosato)
- Compuestos orgánicos volátiles (COV)
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP)
- Bisfenol A
- Cloruro de polivinilo (PVC)
- Polímeros clorados
- Polipropileno y derivados
- Terfenilos
- Bisfenilos
- Hidrocarburos clorados
- Nonifenol (etoxilato de nonifenol)
- Sulfonatos de perfluoroctano
- Divenzufuranos policlorados (PCDF)
- Blanqueadores ópticos
- Benisotiazolinona
- Derivados del aceite de palma Elaeis Guineensis (aceite de palma)
- Alcohol bencílico
- Amil cinamal
- Cital
- Eugenol
- Látex
- Bromuro
Pero, ¿qué pueden provocar estas sustancias?
Reacciones cutáneas como : granos, sarpullidos, eczemas, alergias y dermatitis. Así como posibles alteraciones hormonales y disrupciones endocrinas, debilitar la fertilidad y ser cancerígenos.
Estas son algunas de las recomendaciones oficiales para la industria de los pañales:
- Eliminar el uso de todas las fragancias
- Realizar un control más exhaustivo del origen de las materias primas utilizadas
- Mejorar los procesos de fabricación
- Utilizar otros métodos de blanqueo en lugar del cloro
- Priorizar las materias primas naturales
Es fundamental informarnos sobre la composición de los pañales y pedir información adicional a las marcas si es necesario.
Tu bebé utilizará más de 4.000 pañales en su vida. Protejamoslo.
